Las Estrellas Muertas por Eugenio lópez García

LA ESTRELLAS MUERTAS

Paloma es una hermosa esfinge. Su cuerpo resplandece como una mañana de domingo, con esa luz que desprenden las estrellas muertas. Dura y bella como

un diamante, sin alma como una piedra de la cuneta. Paloma da sólo lo que recibe, quizás un poco menos. Todavía es joven y autocomplaciente, y aún no tiene que aferrarse con uñas y dientes al acantilado de la supervivencia. Es de esas personas que no se caen cuando tropiezan, que no se acercan a los abismos, que no se implican hasta la médula. Positiva y distante, sin profundas heridas, sin grandes tragedias, sin vértigos de suicidios, es una hermosa mujer que habita en el aséptico y multitudinario paraíso de los mediocres. Sus besos son leves como sus sentimientos, y solo esa tendencia incorregible a engordar, simula algunas sombras en sus grandes ojos negros.

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